Débenos Comer ligero antes de practicarla
Si nos damos un atracón facilitará la somnolencia, así como el abuso de alcohol, pero se trata
de un engaño, ya que la digestión pesada provoca un sueño de peor calidad si
estamos tumbados, nos va a dificultar el proceso de absorción de los alimentos
No tendríamos supere los 30 minutos de sueño
A partir de los 10 minutos la siesta ya es beneficiosa para nuestro rendimiento. Lo importante
es no caer en el sueño profundo, “porque tendremos sensación de cansancio al
despertar y no podremos dormir cuando llegue la noche”. Para ello, los expertos
aconsejan practicarla en posición reclinada o incluso al aire libre.
No lo use para compensar la falta de sueño
“Nuestro reloj biológico nos da un periodo de somnolencia a las ocho horas de levantarnos, y
suele ocurrir aunque hayamos dormido bien”, explicó a BUENAVIDA Javier Puertas,
jefe del servicio de Neurofisiología y la Unidad del Sueño en el Hospital Universitario
La Ribera (Ariza). Dormir cinco horas y compensarlo con una hora de siesta es una
pésima rutina. La siesta no viene a solucionar problemas, sino a poner el contador
interno a cero para afrontar con energía la tarde, según el experto en cronobiología
Jürgen Zulley.
Evítela a partir de las 17 horas
Lo ideal es entregarse a ellaentre las 16 y 16.30, para que no interfiera en el sueño nocturno, según relata Puertas.
Recuerde que alterar el reloj biológico tiene consecuencias indeseadas, como
provocar un aumento de peso. “La siesta ni engorda ni adelgaza, porque es
demasiado corta para interferir en procesos metabólicos”, apuntó García-Borreguero.
Eso sí: hay que hacerlo bien.
Coma fruta después
Como se está despertando, es probable que le apetezca un café. Ignore este deseo. Si lo ha hecho todo bien, tardará un par de
segundos en espabilarse y un elemento como la cafeína solo contribuiría al estropicio.
“La siesta ya va a ejercer una función estimulante”, subrayó García-Borreguero. No
necesita café, té, cacao ni refrescos a partir del mediodía. Opte por algo más en
consonancia a la refrescante experiencia que acaba de vivir. “Una siesta es como
descender al fondo de una piscina, tocar fondo y volver a la superficie”. ¿A que el
cuerpo le pide un buen trozo de sandía?