La importancia de una buena almohada

Nadie sabe la importancia de una buena almohada ¡hasta que la ve perdida! Hace unos meses cambié mi deliciosa almohada de plumas por una nueva de gel porque me entró una paranoia con los ácaros.

Desde que recuerdo, siempre había tenido almohadas de plumas y he de admitir que siempre dormía como bebé… aunque algunas veces me causaban alergia.

 

Tratando de adaptarme a esta nueva almohada de gel, que a decir verdad no es tan incómoda como parece, me puse a investigar qué almohadas son las mejores y por qué deberíamos tomarnos la molestia de investigar un poquito antes de comprar una nueva.

La importancia de una buena almohada

 

En teoría una almohada es el complemento ideal para que el cuerpo descanse y se relaje totalmente durante nuestras 7 horas de sueño.

 

Sin embargo, cuando vas a las tiendas te enfrentas con un mundo de posibilidades que hacen muy difícil la tarea de elegir la que te gusta y se acomoda a tus necesidades (y los vendedores definitivamente a veces no ayudan)

 

Para acertar, lo primero que tienes que saber es que la nuca es una de las zonas más sensibles del cuerpo, ya que es la zona de nuestro cuerpo que acumula más tensión durante el día, por tal motivo no sólo la almohada debe adaptarse a ti y a las posturas que tomas durante la noche, sino también a la forma de tu colchón, de lo contrario, según los doctores, aparecen los famosos dolores cervicales o dicho en otras palabras “torceduras por dormir chueco”.

Entonces, ¿cómo escojo la almohada ideal?

 

El primer mito que hay que desterrar es la idea de que dormir sin almohada es más sano, porque la cabeza necesita un apoyo para que la columna vertebral siga, al descansar, en su posición natural y no esté en tensión. Es fundamental que el cuello no tenga una posición forzada, ni hacia arriba, ni hacia abajo.
Según el portal, El Clarín, una persona joven y sana debe escoger una almohada no demasiado gruesa y si tienes alguna lesión en la columna, lo mejor es procurar usar una almohada súper fina.

 

Almohadas según tu forma de dormir

 

– Para dormir boca arriba, lo ideal es una almohada delgada que asegure que el cuello y la espalda formen el mismo ángulo que al estar de pie; o bien una almohada de espuma, que sirve para dar soporte al cuello y a la cabeza al mismo tiempo.

– Para dormir apoyado sobre un hombro, hay que optar por una almohada gruesa para que el cuello se mantenga en el eje de la columna.

– Para posturas diferentes durante la noche, una almohada con gran flexibilidad, como las de relleno natural (plumas) son mejores porque se adaptan a todas las posiciones del cuerpo.

Almohada viscoelástica transpirable de DUERMEBIEN

Gran comodidad cervical gracias a su núcleo viscoelástico, que elimina los puntos de presión, favoreciendo una mejor circulación sanguínea y una posición óptima de la cabeza y el cuello durante el descanso.

  1. Funda exterior en tejido stretch elástico. El tejido de esta almohada, permite el paso del aire por el interior, consiguiendo un descanso fresco y transpirable.
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  3. Descanso higiénico y facilidad de lavado, gracias a sufunda desenfundable con cremallera. Esta funda puede lavarse a máquina, a una temperatura inferior a los 40ºC, con centrifugado corto y un tercio de la dosis habitual de detergente.Firmeza media, muy confortable e ideal para cualquier tipo de durmiente.
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